“No existe nada en el mundo exterior que no haya estado antes en el mundo interior del sujeto” (S.Freud)
Como ya lo advierte en el prólogo Diego Arandojo, entre los años 1999 y 2000 Albin Michel publicó los primeros capítulos de Belzarek (que luego fueron también editados en Alemania y Holanda, y prohibidos en Italia), y recién hoy llega el libro completo e inédito a la Argentina de la mano de Gorgona Ediciones.
Es sumamente difícil para mí pretender ser objetiva al hablar de esta obra cuando, siendo parte del equipo del sello editorial, tuve la oportunidad de escuchar los relatos de sus artistas , o compartir con ellos notas y eventos. De todas formas, me aventuro al desafío de lograrlo y aquí voy.
Belzarek no tiene desperdicio. Desde la tapa (arte a cargo de Pablo Colaso), el primerísimo plano del rostro de una figura espeluznante nos llama a descubrir qué esconde tras su mirada; y, volviendo al prólogo - que recomiendo calurosamente leer - Arandojo nos mete de lleno en clima al hablar del Cielo y del Infierno, de cómo graficar lo horrendo y, así como al pasar, nos va brindando una llave para adentrarnos en el mismísimo mundo de Gustavo Schimpp, guionista de Belzarek y creador de Gorgona.
Otra sugerencia elemental: tampoco deberían pasar por alto las dedicatorias del libro. ¿Por qué? Simplemente porque dicen que arrojando luz y amor se ahuyenta a los demonios.
Belzarek es un libro sobre demonios; sobre la casta jerárquica del infierno, sobre traiciones y complots; pero , asimismo, es la historia de un monje benedictino, Chretien de Beziers, hijo del demonio y una mujer mortal quien, aunque desconoce su origen, se verá finalmente ¿obligado? a convertirse en una pieza clave para el éxito (o fracaso) de una rebelión contra el propio Lucifer. Y como broche de oro, quizá también ronden entre esas páginas los demonios del propio escritor. ¿Se podría pedir más?
El día de la verdad siempre llega. Como llega a nuestras manos ahora esta obra situada entre el fin de la Edad Media y el comienzo del Renacimiento, lo que le permite al guionista desplegar toda su fascinación por la historia y por lo simbólico, mezclando así lo sagrado con lo profano, la oscuridad con la luz; lo esotérico con lo revelado...
Detrás de Belzarek hay - se nota - una ardua investigación , cuasi obsesiva , como en todo lo que escribe Schimpp, lo cual siempre le agrega un plus al relato. Por su parte, los impecables dibujos de Lalia acompañan a la perfección el detalle del guión, resaltando las expresiones faciales de los personajes, los ambientes y situaciones en los que se desenvuelven, y las sensaciones y sentimientos que ellos irán padeciendo a lo largo de la trama.
A prepararse, amigos, porque estos dos hábiles historietistas, nos arrastrarán por el "largo y penoso camino que desde el infierno conduce a la luz" (1). Un camino que será vertiginoso, inquietante, angustiante y a veces hasta desesperante, pero que promete estar lleno de misterios y algunos guiños para el lector atento.
Pero, ojo, el que opine que Belzarek trata sólo de conspiraciones de demonios probablemente no haya comprendido la complejidad que se oculta bajo el argumento. Hay en el texto una adherencia al concepto freudiano de "lo siniestro" que lo torna más interesante aún.
Para el psicoanálisis, "lo siniestro" es lo que debiendo permanecer oculto se manifiesta. Este sentimiento conocido regresa a nosotros con un contenido terrorífico. Lo que nos causa pavor, lo angustiante no es que lo familiar devenga en amenazante sino que debería haber quedado en la sombra y, sin embargo, emerge en el acto de recordar-olvidar.
Según la teoría freudiana, el horror está en la misma estructuración psíquica del sujeto, íntimamente relacionado con las primeras vivencias, y con la inscripción de la palabra. Para darle otra vueltita más, Belzarek se mete con otra problemática central del psicoanálisis que es el "nombre del padre". No se trata del padre real sino de la función simbólica que cumple, de la legalidad, del reconocimiento de lo prohibido y lo permitido. (2 y 3)
No quiero seguir aburriéndolos con el psicoanálisis (sí quiero, mentira), pero debo decirles que todos estamos atravesados por el lenguaje y no hay forma de huir de ese horror que está en el borde, en lo impronunciable. En ese "saber no sabido”, que vuelve, insiste, se presenta. Como le pasa tanto a Chretien de Beziers, como a Gustavo Schimpp, a vos y a todos.
Por suerte existe el arte como acto catártico. Pero
volvamos a Belzarek, por si alguno creyó que en algún momento nos habíamos ido...
Dos décadas después de la primera aparición, la pluma de Schimpp lo encuentra inspiradísimo, seguro de lo que quiere contar y de cómo lo va a hacer.
Dos décadas después de la primera aparición, la pluma de Schimpp lo encuentra inspiradísimo, seguro de lo que quiere contar y de cómo lo va a hacer.
Calificar el laburo de Lalia sería una herejía de mi parte. Su efecto estético es poderoso. La elección del color de la tapa de Belzarek tampoco fue azarosa: se utilizó con la intención de continuar con la misma paleta usada en el primer libro de Gorgona, Ecos de Mundos Posibles.
Si tengo alguna crítica que hacerle al libro es que, personalmente no le perdono al corrector no haber puesto algunos acentos (con el respeto que me merece la Real Academia Española: o sea, ninguno) y que el letreado de ciertas partes sea pequeño. ¡Maldita presbicia!.
Editar hoy en Argentina es una patriada , es un salto de fe. Y parir este librazo no fue sin dolor.
Lejos estoy de exagerar si les digo que sé muy bien lo que significa este lanzamiento , tanto para los autores como para muchos lectores que preguntaban cuándo se imprimiría Belzarek en castellano.
Ese día llegó. Es hoy. Y estoy segura de que no existe demonio que pueda resistirse a la luz y al amor que emana de este libro.
Betina Pascar
(1)."De "El paraíso perdido", de John Milton (1667)
(2 y 3). La función del padre en " Tótem y tabú" (1913), .y Lo siniestro" (1919), de Sigmund Freud