martes, 25 de diciembre de 2018

"Hoy dedico mi tiempo a darle voz, en el papel, a los olvidados de mi patria”

¿Me creerían si les dijera que – a pesar de que este reportaje fue realizado vía chat – pude verle el alma al entrevistado? A veces ocurre la magia, señores.Sí. Roberto Goiriz lo hizo todo fácil, respondiendo las preguntas de manera cálida, poética a veces y siempre sincera y afectuosa. Cosas de la tecnología y la globalización, les acercamos la palabra de este gran autor paraguayo, que no dudó en dejar de lado otros temas que le apasionan para poder reflejar la vida de los héroes de su país.




Betina Pascar: ¿Cómo repartís tu actividad de historietista junto con el trabajo en diseño y publicidad actualmente? 

ROBERTO GOIRIZ: Esto de repartir mi tiempo entre varios rubros fue algo que comencé a hacer casi como instinto de sobrevivencia. Algo me decía que no bastaba con desarrollar mis pocas habilidades en el dibujo si quería comer tres veces al día. Y mejor de lo que se percibía en el trabajo editorial. Así que abrí esa sucursal en mi mente y luego, una tercera, cuando me contaron cuánto se pagaba por el diseño de un logotipo. Además, todas estas tareas eran agradables y tenían que ver con lo que me gusta hacer: crear.

En relación al cómic, mi amor primigenio, fue algo que continué haciendo, no siempre por dinero. O más bien, la mayoría de las veces esa razón no estaba presente. Hacer historietas en mi país se parece a una aventura de terror, ciencia ficción y superhéroes en que los villanos muchas veces triunfan. Sin embargo, y a pesar de todo, fui publicando mis historias, sin mayor apuro ni fechas perentorias, tratando de hacer lo que me gusta. Es que, en verdad, eso del mercado no existía entonces y a duras penas existe hoy. Lo que sí existe son personas de diferentes edades, de distintas extracciones sociales, que por algún motivo se interesan en el autor o en algunas temáticas puntuales, como la historia en historietas. Y eso contribuye a mantener viva la llama del cómic en Paraguay. También, afortunadamente, existen otros autores, muchos de ellos más jóvenes, que están ayudando a expandir la base de lectores. En suma, vamos remando.

BP: Hiciste varios trabajos con Robin Wood donde se destaca la temática histórica. ¿Te gusta este género?

RG: Sí, me gusta la temática histórica; los mitos y leyendas, las historias secretas de mi país. Fue una decisión consciente- nacida del cariño, supongo- dedicar gran parte de mi tiempo actual a investigar y crear historietas de esos géneros. Fui dejando de lado la ciencia ficción, que me apasiona, la aventura, el humor, etc.; para darle este espacio a contarnos a nosotros mismos aquello que nos pasó y que nos pasa hoy. Porque la otra opción es que dejemos que los demás nos digan qué sucedió, qué nos sucede hoy, porqué somos así, porqué estamos así. Preferí darle la voz a los olvidados de mi patria, e intentar reflejar sus vidas, muchas veces heroicas, en el papel. Con Robin (Wood) hicimos una historieta sobre la independencia del Paraguay ("1811"), también colaboré con otros autores para diferentes proyectos, y ahora estoy en dos: la saga final de "Paraguay Retã Rekove" (La vida en Paraguay) y "El Cabichui perdido", sobre un periódico publicado durante la guerra del Paraguay contra la Triple Alianza.

BP: Viviste y publicaste también en el exterior, ¿dónde es más cómodo hacer cómics y por qué decidiste regresar a Paraguay?

RG: Viví en São Paulo, Brasil, durante unos tres años. Me fui del Paraguay para buscar mejores oportunidades para el desarrollo de mi trabajo. No fue fácil tomar esa decisión: mi hijo mayor acababa de nacer y mi esposa se quedaba sola...pero en mi país no tenía muchas opciones. Fui afortunado. Me contrataron dos editoriales, y en una semana ya estaba produciendo historietas infantiles y de aventuras. También pude regresar cada cierto tiempo debido a que las características de la tarea que hacía no me obligaban a permanecer en el lugar, excepto en las fechas de cierre. Fueron años duros en cuanto al alejamiento de la familia y los amigos, pero plenos en relación a mi desarrollo profesional. Además hice amistades increíbles que conservo hasta hoy.

Pude regresar, esperanzado, con el tímido inicio de la "democracia" pos stronista, pero no olvido las razones que obligan a muchas personas a buscar mejores horizontes en otras tierras, a veces muy extrañas y hostiles.

Durante los '80 publiqué afuera de mi país, inicialmente en Brasil. Trabajaba con la editora Abril y con la Press, hacía historietas infantiles en el estudio de Ely Barbosa, y a la noche vestía mi capa de autor independiente y producía historietas de terror, ciencia ficción, eróticas, de todo... Llegaba a escribir y dibujar unas 70 páginas al mes, un número que hoy me resulta absurdo.

Luego de mi vuelta al Paraguay tuve una larga pausa publicitaria, incluso abrí una agencia en los 90. Fue a principios del año 2000 cuando comencé nuevamente a publicar en el exterior. Por un lado, con pequeñas editoriales de Estados Unidos, o no tan pequeñas como IDW, y por otro lado con Aurea, dibujando guiones de Robin Wood ("Warrior-M", "Hiras, hijo de Nippur"). Además de proyectos puntuales con editoriales como Panini, en Italia, u Océano o Milenio, en España. Y sí, es más fácil, o mejor dicho, diferente, hacer historietas para mercados donde existe una industria instalada. No sé si es mejor, pero sí te brinda una continuidad que es muy necesaria para desarrollar el propio talento, hacer crecer a los personajes, etcétera. Agradezco todas las oportunidades que tuve, y siempre escucho ofertas, pero hoy estoy contento con lo que hago en mi país.

BP: En la serie “Hiras, el hijo de Nippur" reemplazaste a Rubén Meriggi. ¿Tuviste oportunidad de conocerlo?

RG: Lo de "Hiras" vino a complicarme deliciosamente la vida. ¿Cómo rechazar a un personaje así? De manera que acepté el desafío de reemplazar a ese gigante de la historieta que fue Rubén Meriggi y, al mismo tiempo, dibujar "Warrior-M". Quizá ya lo sepan, pero los guiones de Robin siempre provocan ganas de ser dibujados. Casi tienen vida propia. En fin, asumí esas dos tareas, pero era muy difícil cumplir con las fechas de entrega. Tuve ayuda de colegas, pero aún así terminé dibujando solamente Hiras, serie en la que me pedían un mínimo de treinta páginas al mes. Finalmente, reconocí que me había cansado, y después de más de diez años de trabajo conjunto, Robin y yo nos separamos. La saga fue dibujada por Mulko un tiempo más. Y nuevamente, la tragedia, la muerte de este otro gran artista. Dibujé las diez páginas finales de la historieta que estaba haciendo, y allí me despedí definitivamente de esa accidentada aventura. Actualmente, sigo dibujando para Aurea, pero solamente portadas.

Respecto de Meriggi, su estilo era inimitable; era el dibujante perfecto para "Hiras", había una fuerza increíble en sus dibujos. No lo conocí personalmente, era uno de mis contactos en la red social Facebook, al igual que otros colegas de Argentina y el mundo, con quienes compartimos la misma pasión, y a veces tenemos la suerte de encontrarnos en algún lugar. Con Rubén esto no ocurrió.

BP: ¿Era difícil trabajar con Robin, más allá de que sus guiones fueran tan gratos de dibujar?

RG: Antes de hacer dupla con Robin, escuché comentarios de algunos colegas en relación a que trabajar con él era difícil, por su carácter o por lo que fuera. Pues bien: me alegra desmentir eso. Ya no colaboramos en ninguna serie, pero los diez años en que estuvimos reunidos en distintas historietas fueron muy fáciles de llevar. Una vez atravesada la prudencia inicial de nuevos compañeros y nueva tarea, todo fluía maravillosamente. Robin compartía sus comentarios, con mucho respeto, y cuando algo le gustaba se aseguraba de decírtelo. Igualmente, cuando yo le decía algo del guión, alguna inconsistencia o un nombre equivocado, no tenía ningún problema en corregirlo. A veces conversábamos extensamente. Él me confesó que ver los dibujos, no los míos precisamente, sino los de todos sus colaboradores, en algunos momentos lo entusiasmaba mucho. Era fácil darse cuenta de ello, porque cuando algo le gustaba escribía más capítulos de esa serie. Como lo hacía tan rápido, los guiones se acumulaban en la mesa del dibujante. Quizá otros colegas puedan refrendar lo que digo.

Robin Wood y Roberto Goiriz 
BP: ¿Cómo viviste en lo personal que se suspenda la Comic con Paraguay a principios de este año? ¿Se volverá a hacer? ¿Te gustaría que hubiera más participación de cómics en estos eventos?

RG: Creo que existen dos grupos que se están disputando la representación de la Comic Con en Paraguay. Como a muchos, me cayó mal que se suspenda. Pero no depende de mí, lo único que puedo aportar es mi presencia y voluntad de contribuir. Ojalá se realice finalmente, más allá de quiénes sean los invitados. Respecto del formato, yo lo respeto y  lo entiendo desde el punto de vista del marketing. Y como organizador de un evento llamado "Cháke!" (¡Cuidado!, en guaraní, una muestra del humor gráfico y la historieta en Paraguay), que logramos hacer en varias oportunidades, entiendo que todas las variantes son válidas si aportan algo a esto que hacemos.

BP: El año pasado cumpliste 40 años en este medio, ¿qué le dirías a alguien que está empezando?

RG: No creo tener la autoridad para dejar mensajes o enseñanzas a nadie, sólo hablo de mi experiencia. Yo siempre intenté hacer lo que me gustaba, creo que en general lo conseguí. Para mí hubiera sido muy triste terminar trabajando en una profesión por la que no sintiera pasión.

BP: Tu libro “Huellas en la tormenta” recopila esos 40 años de trayectoria "incomprensible y desordenada". ¿Por qué elegiste este título?

RG: “Huellas... es lo efímero,  el paso de nuestra vida por la tierra es efímero. Las cosas que hacemos dejan una huella pero la tormenta las va borrando. La tormenta es la vida, es el tiempo, es lo infinito de nuestro universo. Es el amor y el olvido. Pero a pesar de todo eso, a pesar de ser consciente de nuestra finitud, muchos de nosotros nos esforzamos por crear algo digno que dejar a los demás. Caminamos erguidos, tanto como nos permita el viento, a veces nos desviamos o salimos del camino, lo retomamos, en una trayectoria desordenada, incomprensible. En fin. .. quise rescatar lo efímero, un afán inmodesto. Pero también un ejercicio de la memoria que dice: aquí estoy.

Betina Pascar

"Pude reivindicar a la historieta como un lenguaje para transmitir conocimiento"

Iván Zigarán es cordobés y  dibuja desde los 10 años. Ya de grande,  se dedica a trabajar como dibujante freelance, da un taller de dibujo para chicos y es parte del equipo de humor gráfico en latinta.com.ar. 

Con un título de diseñador gráfico , Iván fue por más: acaba de recibirse de antropólogo en la Universidad Nacional de Córdoba. Claro que ésto no sería noticia sino fuera que su tesis está hecha en formato de historieta. 

Por eso, nos pusimos en contacto con Ivan Zigarán, quien nos contó cómo surgió esta idea y el desarrollo de una tesis verdaderamente disruptiva.

Iván con su tesis en formato de cómic

Betina Pascar:  ¿Cuáles fueron tus fundamentos al elegir el formato del comic para tu tesis? ¿Qué te motivó? ¿No te dio miedo de que te reprobaran?

Iván Zigarán: Al principio la tesis iba a ser en formato tradicional, escrito. Al momento de la escritura, surgió la idea de ilustrar algunas situaciones del campo en formato historieta, a partir de mi trayectoria como dibujante. Había hecho un par de historietas para artículos de arqueología (Con Roberto Pellini, de Brasil, y Andrés Zarankin, argentino), y de ahí había quedado picando la idea, que inicialmente era incluirlo como un complemento descriptivo más que nada, que acompañe el texto, pero a mi directora (de tesis), la doctora María Bernarda Marconetto, le gustó mucho la idea y de a poco fue cada vez "ganando más terreno", al punto que en un momento notamos que los bloques de texto cortaban la fluidez de la lectura. Es decir, que restaban más de lo que sumaban. Vimos que la historieta daba herramientas y recursos para incluir todo lo necesario sólo que de una forma distinta. Así que decidimos directamente hacerla todo en historieta. Hay algunos fragmentos de texto en off pero siempre acompañados de dibujo, nos dimos cuenta de la potencialidad de ese cruce de caminos, que iba a ser un antecedente tanto para la antropología como para la historieta. Era complejo, porque implicó bastante trabajo, y no había muchas fórmulas sobre las que apoyarse. Corrí el riesgo de que me desaprobaran pero consideramos que había suficientes argumentos para defender la decisión. En este sentido, el apoyo de mi directora fue muy importante: ella estaba más entusiasmada que yo.

BP: ¿En algún momento, mientras investigabas y producías el texto, pensaste en abandonar?

IZ: Nunca pensé en abandonar. Sí en un momento me preocupó el tiempo que me iba a llevar. Lo vi muy largo, y el proceso era bastante cansador mentalmente. Tenía que ir buscando anotaciones de campo, registros fotográficos, textos teóricos. Y el hilo se me iba yendo todo el tiempo, por ahí sentía que quedaba medio a la deriva. Pero en un momento fue cerrando por suerte, y una vez que más o menos pude visualizarlo entero todo se acomodó.

BP: ¿La intención era publicar esta investigación posteriormente?

IZ: No, no lo hice con la idea de publicar, mi único horizonte era recibirme. Tampoco me imaginé que iba a tener tanta repercusión.



¿Tesis o cómic? (Foto gentileza: Vos)

BP: ¿En qué proyectos de historietas estás trabajando ahora?

IZ: Actualmente estoy terminando de ilustrar un libro de aventuras juvenil, escrito por Jo Rivadulla, que combina prosa con comic. Tengo también por terminar una historieta personal que trata del encuentro de una comunidad andina con conquistadores españoles. Y también está dando vueltas la idea de un segundo libro de "Nahuel el niño-jaguar".

BP: ¿Qué te hizo seguir una carrera y luego otra si vos realmente querías dibujar?

IZ: Diseño gráfico lo estudié por cuestiones laborales, me dio muchas herramientas que creo que suman mucho para el dibujo. A Antropología me metí por cierta curiosidad intelectual, para explorar, para nutrirme. Había viajado por Sudamérica y me pareció que había mucho por contar y dibujar, sentí que la antropología podía darme ciertos recursos. Cuando arranqué la carrera me enamoró, me sorprende a mí mismo haberla terminado. Igual nunca dejé de considerarme dibujante.

BP: Sos el primer licenciado que hizo su tesis en este lenguaje. ¿Crées que a partir de ahora harás escuela y otros seguirán tu camino?

IZ: Creo que la tesis tocó algún nervio sensible en la academia. Hubo mucho interés y me parece que eso habla de cierta necesidad de apertura del lenguaje académico. No sé si vendrán más en el corto plazo, ni tampoco me pongo en una cruzada contra el lenguaje académico. Sí creo que está bueno reivindicar a la historieta como un lenguaje válido para producir y transmitir conocimiento, y con mucho potencial por explorar.

BP: ¿Ahora vas a trabajar como antropólogo?

IZ: No, la idea es poder desarrollar la antropología desde el dibujo y la historieta, y seguír haciendo puentes.


 Betina Pascar

(Fuente: VOS)

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Tute presenta “Canciones Dibujadas”, su nuevo proyecto audiovisual

Tute no es cantante ni sabe interpretar instrumento alguno. Sin embargo, el próximo jueves 13, a las 21 hs, en un show gratuito, reunirá a destacados músicos y dibujantes que darán vida a sus propias canciones. La cita será en el Teatro Xirgu Espacio Untref (Chacabuco 875, CABA), cuando presente en sociedad “Canciones dibujadas”, su último proyecto donde fusiona animación, música y dibujo.

Vení, acompañame y adentrate en el Mundo Tute, un creador incansable y multifacético que nos contó sobre esta innovadora propuesta… y algunas cosillas más.

martes, 18 de diciembre de 2018

“Si dejara de generar cosas sería el final”


Llegó diciembre y con él la muestra de fin de año de la Escuela de Dibujo Claudio Kappel, que en esta ocasión incluyó un homenaje a Horacio Lalia y la presentación del  nuevo libro de Claudio: “Kappel es un Kappo”.
Pero diciembre no llega nunca solo;  es el mes de hacer un (¿inevitable?)  “Memoria y Balance”. Por eso, en esta nota vas a encontrar el presente, pasado y futuro de Claudio Kappel,  y también un sentido recuerdo al querido Eduardo Maicas, autor del prólogo del libro de Kappel, última cosa que escribió.
Gorgona Digital – ¿Cuál es  tu balance de estos  años 18 años  enseñando y difundiendo historieta y humor gráfico en tu escuela?
Claudio Kappel – El balance es altamente positivo; comenzamos en el año 2000 con tres cursos y hoy tenemos cinco, además de seminarios y talleres específicos. La Escuela aumentó considerablemente su cantidad de alumnos, y a eso sumamos numerosos proyectos tanto docentes como editoriales.
Participamos en eventos de historieta; como Dibujados o Expo Universo Retro, y nuestros profes participan también habitualmente en eventos como ComicCon o CBB de Rosario. Armamos nuestra propia editorial, que ya lleva publicados 4 libros de los alumnos de humor gráfico, y mi flamante libro “Kappel es un Kappo”.  Varios de nuestros ex alumnos ya son consagrados profesionales en el medio (para citar algunos nombres: Elmer, Löwy, Jorge Alarcón, Cristian Mora, Piru, Nando, Flopez, Fechu, Mariana y muchos otros que publican sus trabajos en distintos medios).

En 2017 uno de los libros de nuestra editorial (Ediciones Puro Humor) ganó uno de los prestigiosos Premios Banda Dibujada. Varios profes han dejado huella en nuestra escuela, es el caso de los maestros Horacio Lalia (2000 a 2005) y David Pugliese (2002 a 2012). Y así un montón de logros que nos hacen saldar un balance muy positivo.GD – Tu libro recopila toda una vida de trabajo en diferentes medios y con el prólogo de Maicas,  alguien muy querido  en el medio y que ya no está, ¿cómo fue este proceso de creación del mismo?
CK – El proceso creativo del libro no fue fácil, ya que no quería hacer una mera recopilación de mi trabajo a lo largo de estos 30 años. Entonces fui eligiendo temas como ejes del libro, y en base a eso se fue armando este “Kappel es un Kappo”, que tiene 165 chistes seleccionados de entre más de 7 mil dibujos. Muchos dibujos los volví a dibujar ya que eran viejos y el estilo no me convencía, pero sí la idea. Y además a lo largo del libro voy mechando autocaricaturas en donde yo mismo voy comentando el libro. Al final hay una yapa que no voy a comentar para no “spoilear” el libro…
GD – ¿Y cómo era tu relación con Maicas?
CK – Con Maicas teníamos una relación muy linda de amistad de muchos años, que se acrecentó cuando ambos comenzamos a publicar en el mismo diario hace casi 20 años (en el diario La Prensa, 1999). Siempre digo que para mí no sólo era un maestro o un amigo, sino una suerte de “hermano mayor”. Fue un lujo y un honor que sea el autor del prólogo de mi libro, que fue lo último que escribió.
GD – ¿Ves alguna diferencia en el medio desde que comenzaste?
CK – Sí, claro… Yo antes llevaba los chistes al diario en persona, y eso favorecía la interacción con los demás. El mail termino con los vínculos cara a cara. Cuando iba a las extintas revistas “Humor” o “SexHumor”, me cruzaba con un montón de colegas, o dibujantes que admiraba. O simplemente con diagramadores, jefes de arte, etc. Eso ya no existe más…
GD – El miércoles 5  se realizó el evento de fin de año con una sala que explotaba de gente, ¿sentís que estás hecho? ¿Cuáles son tus próximos proyectos? 
CK – Nunca siento que estoy hecho porque si no dejaría de generar cosas, y eso sería el final. Siempre me propongo seguir creando cosas nuevas, ya sea para la escuela como proyectos más personales. Para el año que viene tengo en la cabeza un libro de humor para chicos que haremos en equipo con otro colega. Y para la escuela, seguir creciendo y sumando cursos y profes. En este país no es poco.  
Betina Pascar

miércoles, 12 de diciembre de 2018

En blanco y negro (y a colores), Buenos Aires

Sobre una idea de Jorge Limura – e impulsada por su hija y su esposa – quedó inaugurada el pasado miércoles 12 la muestra “Buenos Aires, en tinta, papel, y lápiz”, en el Museo de la Ciudad.


La idea de esta exhibición es brindar una mirada sobre la ciudad y su gente, retratando diferentes situaciones y la vida social y política. Así, los trabajos de María Alcobre, Lorenzo Amengual, Alejandro Aguado, Patricia Breccia, Horacio Cardo, Bernardo Erlich, Carlos Garaycochea, Norberto Elder García (Jericles), Sergio Langer, Marcelo Lawryczenko (Lawry), Jorge Limura, Eduardo Maicas, Jorge Meijide (Meiji), Hermenegildo Sabat, Luis Scafati (Fati) y Tomás Sanz, nos ofrecen – a través de pinceladas, trazos e historias entreveradas con humor, agudeza y picardía – la singularidad de los personajes que habitan Buenos Aires. 

En la apertura, el Director del Museo de la Ciudad, Lic. Ricardo Pinal Villanueva, agradeció a los artistas que tomaron a la ciudad de Buenos Aires como “el gran tema” ya que ellos, como verdaderos observadores de la realidad nos permiten reflexionar y comprenderla.

Tomás Sanz no dejó pasar la oportunidad para pedir que se mantenga el Museo del Humor como otro espacio privilegiado para conservar nuestro acervo cultural.

Entre los asistentes pudimos reconocer a la investigadora del Conicet, Mara Bukart; a los responsables del Archivo de Historieta y Humor Gráfico de la Biblioteca Nacional, Judith Gociol y José María Gutiérrez; a Juan Sasturain, Hugo Maradei; y a varios de los artistas cuyas obras estaban exhibidas, tales como Patricia Breccia, Bernardo Erlich, Jericles y Lawry.

Párrafo aparte merece el reencuentro de esta cronista con el Dr. Jorge Meijide, creador del inolvidable personaje “Dr.Cureta” repitiendo el clásico gesto de la enfermera de hospital, como hace tres años cuando “Meiji” fuera entrevistado en el programa radial “Panico Rock & Cómics”.

Un lindo momento para cerrar esta apertura de BUENOS AIRES EN TINTA, PAPEL Y LÁPIZ, muestra que podés visitar hasta el 17 de febrero, de lunes a domingos de 11 a 18 hs., con entrada libre y gratuita, en Defensa 223.💓👇







   Betina Pascar



La Yapa: Hugo Maradei, ex Director del Museo del Humor, nos contó cómo es la situación actual del Museo. Enterate escuchando este audio:





“La papa”, para comer con mucha atención

Nuni (Natalia Jesica Slovediansky) y Luli (Florencia Rodríguez Zorrilla) son hermanas muy cercanas, cómplices y confidentes. De familia judí...

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