Una tenue luz ilumina a Amanda. Está hablando con sus hijos para invitarlos a reunirse en la Navidad pero ninguno de los 4 puede ni quiere. Esto le provoca mucha angustia ya que los encuentros familiares cada vez son menos y ella se siente sola y abandonada.
Sentada en una plaza se le acercará una desconocida, que resultará ser la dueña, junto a sus hermanos, de una funeraria. Al verla tan apenada le propone a Amanda una suerte de ¿reparación? ¿venganza? ¿escarmiento? para con sus desalmados hijos: fingir su propia muerte con un velorio all inclusive, donde la madre, escondida, vería a sus hijos llorarla frente a un cajón. Amanda duda pero finalmente aceptará y elige que su muerte sea precisamente en Navidad.
Perdido por perdido ¿qué podría salir mal?
Desde el comienzo, Pre Mortem dejará de lado cualquier corrección política y pondrá en juego su mejor carta: la del humor negro que usará como recurso para reflejar las miserias de las personas, pero también para que nos animemos a reírnos “de todos nosotros” y podamos reflexionar sobre nuestras actitudes y vínculos.
Ciertamente, lo que le sucede a Amanda no es muy distinto a lo que le (nos) ocurre a muchas madres con hijos adultos. Las relaciones afectivas no lograron escapar al impacto de la posmodernidad con su enorme carga de individualismo en detrimento de la solidaridad, el compromiso y el cuidado de los lazos sociales y familiares.
La obra por momentos roza lo grotesco, abarcando distintos temas al mismo tiempo. En primer lugar y sin ningún eufemismo, la muerte. Y está muy bien que nos animemos a hablar libremente y sin miedo de ella. Pero, además, en esta pieza – donde podremos reconocer varios guiños a la película icónica del cine argentino “Esperando la Carroza” (1985), la muerte también adquiere un sentido de transformación, de pérdida de valores, ideales y expectativas.
La ruptura de los lazos familiares nunca serán sin consecuencias; y en esta montaña rusa de emociones que es Pre Mortem - como la vida misma- no faltarán secretos no revelados, culpas, celos, mentiras, y traiciones . Y por supuesto, la verdad y hasta cierta justicia poética.
En medicina, “pre “pre mortem” significa la fase de agonía que, progresiva e irreversiblemente, llevará a la persona a la muerte. Sin embargo, paradójicamente, también se denomina de esta manera a una estrategia de gestión de proyectos que ayuda a prepararse para cualquier imprevisto.
En nuestro Pre Mortem, ambos conceptos se unificarán para dar lugar a una expresión artística desafiante, que provoca todo el tiempo al espectador. Lo incomoda, sorprende, y lo atraviesa con ironías y sarcasmo apuntando hacia lo más oscuro de su ser. Imposible no interrogarnos, desde la platea, nuestras propias contradicciones. Tal vez haya tiempo para modificar algo o reinventarnos antes de que la parca nos encuentre desprevenidos.
Amanda tiene 4 hijos, dos mujeres y dos varones, como el personaje de mamá Cora en “Esperando la Carroza”, pero no tiene sus facultades alteradas y comprende todo.
La familia de la funeraria también, pero estos estafadores de poca monta sólo ejecutan lo que su líder autoritario y cruel les ordena.
En esta 3era temporada de Pre mortem, el elenco se muestra muy seguro y las actuaciones son parejas. El desarrollo de la obra funciona como un verdadero mecanismo de precisión. Los temas musicales entremezclados entre el texto aportan dinamismo y relajan un poco la agonía de esta gente rota que nos presenta la autora.
La escenografía es despojada pero no hay nada que falte. Es más, cabe mencionar como un acierto la presencia de un piano y un pianista que oscilan entre ejecutar la parte musical y ser ,al mismo tiempo, espectadores a la espera del desenlace final.
El vestuario, en especial entre la familia de los funerarios, es extravagante así como sus cabellos. Y hay un elemento más – además del piano y el cajón - que cobrará vida a manos de una de las hijas de Amanda. Se trata de un abanico que posee su propio e inquietante lenguaje.
Los hijos de Amanda (impecable en su rol de madre manipuladora) se adueñarán de todo el escenario, se tirarán al suelo, cantarán, gritarán y de tanto en tanto, recordarán que hay que llorar sobre el cajón, aunque sean sus propias heridas sin sanar más que a la difunta.
Entre la exageración y lo absurdo; entre lo bizarro y lo caricaturesco, entre la confusión y la claridad que pugna por asomar, los personajes navegan a la deriva y nos irán sumergiendo en el océano de sus conflictos y sus resentimientos.
Nada está librado al azar en Pre Mortem, donde la trama logra mantener e ir aumentando la tensión hasta abandonar al espectador en alguna playa desierta. O peor, en el mismísimo infierno de sus íntimas pasiones.
Pre mortem se presenta los lunes de noviembre, a las 20,30 hs en el Teatro “El Extranjero”, Valentín Gómez 3378. Excelente plan para este lunes feriado.
Ah! Todos los datos técnicos y artísticos, podés encontrarlos acá , en Alternativa Teatral, y también sacar las entradas para colaborar con el circuito de teatro off argentino, que tiene muy buenas propuestas.
Betina Pascar