Sábado de verano en Buenos Aires. Son las 7:30 am, hace calor y tenemos sueño. Pero hoy es un día especial: dentro de un rato nos vamos a encontrar en la puerta del Hospital de Niños Pedro Elizalde, ex Casa Cuna, con la Liga de Superhéroes y Villanos Solidarios para acompañarlos en su misión de llevar felicidad, magia y esperanza a los chicos que están internados.
Así que no hay tiempo para remolonear. Una duchita, combinación de subtes y estamos en Constitución. Allí ya espera un grupo de jóvenes que pocos minutos después se convertirán en El Acertijo, Adam Black, Iroque, Punisher, Spiderman, Dr. Strange, la Mujer Maravilla, Shazam, Mary Marvel, Supergirl, Capitán América, Uzumaki, Robin y otros personajes.
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Nos metemos por la guardia y subimos hasta una sala donde uno de los miembros del grupo habla con la médica de turno. Vuelve y le dice al resto que no se podrá entrar a algunas de las habitaciones porque hay niños con infecciones o inmunosuprimidos. También les advierte no darles comida a otros pequeños que siguen una dieta especial.
Entro al vestuario donde se van a cambiar las chicas. Empezamos (¿empiezo?) a palpitar la previa. Mientras ellas mutan, cambiando las calzas por trajes multicolores y se pintan los labios antes “de salir a escena” me cuentan cómo se sienten. Lu está ansiosa porque es la más nueva y reconoce que todavía le cuesta el primer momento de contacto con los chicos. “Yo estoy más acostumbrada porque es el tercer año que participo”, dice Súpergirl, que en su otra vida, la real, es profesora de inglés. Por su parte, Soledad está desde que se formó la Liga, hace cinco años, y se mueve con soltura. “Yo lo que hago es tratar de mentalizarme para salir contenta”, afirma. Y así se la ve.
Nos reencontramos todos en el pasillo. Se cuidan entre ellos, se recuerdan que tienen que usar alcohol en gel. Preparan la cámara de fotos y revisan las bolsas con regalos y donaciones (en esta oportunidad, juguetes y budines). Nosotros aprovechamos para darles lo que humildemente trajimos para aportar, algunos libritos para colorear y otros libros de cuentos que nos preparó Santiago Kahn, de la editorial Maten al Mensajero.
Estamos todos listos. Lo que pasará las próximas dos horas quedará en nuestro recuerdo para siempre. Algo tan sencillo y enorme a la vez como ver las sonrisas que logran arrancar a los pequeños estos villanos y superhéroes a su paso entre cunas y camitas, entre sueros y padres alborotados ante esta inesperada presencia.
Una vez terminado el recorrido por dos salas, el patio y la guardia del Hospital, una vez que se sacaron innumerables fotos (¡hasta con la cocinera del lugar!), chocaron puños con algunos, saludaron desde la ventana a otros, pero a todos les lograron encontrar esas sonrisas escondidas, el ruido de los colectivos y los transeúntes nos avisa que estamos de nuevo en la vereda.
Se abrazan y se relajan. La gente que pasa les pide más fotos y ellos acceden.
Entonces Iroque dirá: “Hemos cumplido con nuestro objetivo de hoy y ahora sí podemos decir que la Liga está oficialmente de vacaciones”, a lo que todos responden con aplausos.
Iroque (de la La Tribu Indigo de Linterna Verde) define a esta tarea que realiza con la Liga en tres palabras: “felicidad, compromiso y esfuerzo”. Nos cuenta que "se metió" en el mundo del cosplay en la Argentina colaborando con gente de Star Trek, DC y Marvel hasta que conoció a JP (Juan Pablo Contreras, alma mater de este grupo) una vez que se reunieron en Parque Centenario para juntar útiles escolares para los chicos. “Ese glorioso 15 de marzo de 2014 se nos ocurrió que también podríamos ir a hospitales”, afirma contundente.
Mariano, o El Acertijo, sostiene que antes de estar en la Liga pudo comprobar de manera individual, personificando a Meteoro, los resultados que causaba en un chico este acercamiento. Después le contaron que existía la Liga y se unió al equipo. “Es una dedicación que a nosotros nos puede llevar pocas horas, pero esa alegría que le das a los pibes le dura todo el día... o quizá toda la vida”, concluye.
Para uno de los organizadores de toda esta magia solidaria, Jota Pe, o Juan Pablo, la idea es compartir un poco con los chicos el mundo de los personajes que ellos interpretan. “Cada lugar donde vamos es una experiencia diferente - reconoce - y siempre que tengamos la posibilidad de acercarles a los chicos un regalito o algún elemento que ellos puedan usar durante su internación, resulta aún más linda la experiencia”.
Las visitas se organizan de manera simple y no siempre (por compromisos personales) pueden concurrir todos los miembros de la Liga, pero si llegan al número de cuatro ya aceptan el desafío. Sólo necesitan el ok de algún profesional de la institución, o que algún padre o madre sepa de ellos y les habilite la entrada. Una vez que ingresan, aunque el personal del lugar no los conozca, “ve la fluidez que se produce y se engancha”, dice JP. "Lleva un tiempo hasta que se rompe el hielo - coincide Iroque - pero después nos toman confianza”.
Cabe destacar que las labores de la Liga incluyen apoyar campañas de donación de sangre y médula ósea, y visitar a chicos en diferentes hospitales y hogares.
Los que deseen convocar a estos Villanos y Superhéroes adorables, como también hacer donaciones (juguetes en excelente estado y material didáctico), pueden escribirles a través de la página de Facebook.
¿Qué se necesita para unirse a esta Liga? Mandar un mensaje, tener una entrevista (donde se evalúa si la persona está preparada) y poseer compromiso con la tarea y un traje.
“Lo que hacemos con los chicos requiere involucrarse. Muchas veces hacemos un seguimiento de algunos casos; nos hemos reencontrado con chicos que se vuelven a su provincia después de la internación y sus padres nos piden que nos juntemos con ellos nuevamente, por ahí en un McDonalds. Hay mucho compromiso acá”, señala Lu o Mary Marvel.
Y Javier Califano, periodista y artífice de este encuentro nuestro con la Liga, resume todo lo expuesto anteriormente por sus compañeros:
“Yo venía haciendo actividades solidarias en Banfield, colaborando con el Centro de Internación y Rehabilitación Seres 2 que apadrinaba Pérez Esquivel. Ahí había chicos judicializados que tenían HIV, y las actividades que proponía siempre estaban relacionadas con el tema del cómic. Me ayudaban mucho Andrés Alvez y Diego Greco, con quienes íbamos a dibujar y organizábamos eventos chicos para juntar alimentos no perecederos. Después armamos pequeñas bibliotecas para ese Hogar y otros orfanatos de zona sur. Años más tarde, ya trabajando en prensa, lo conozco a JP y empecé a hacerles notas a los chicos para ayudarlos en todo lo que necesitara la Liga. En el 2018 se dio que tuve que hacer bastantes presentaciones y charlas para la radio y la revista “Cine Fantástico y Bizarro” sobre los 80 años de Superman, y en cada evento iba solicitando donaciones para ir visibilizando la actividad de este grupo.
Entre esas actividades, a mediados de año, se me ocurre pedirle a Juan Pablo que me prestara un traje de Superman para acompañarlos en la recorrida que hacían, esa vez por el Hospital Español. Y a partir de ahí ya me quedé con ellos. Además, mi pareja (Lu), también es periodista y comenzó a darles charlas acerca del rol de la mujer en el cómic de superhéroes y terminó uniéndose a la Liga. Nosotros aportamos nuestra impronta de periodistas en el grupo y, cuando no tenemos los trajes puestos, tratamos de trabajar lo que es la comunicación. Es un orgullo y un privilegio para mí estar en esta Liga”, finaliza.
Y a nosotros no nos cabe la menor duda de que es así. En estos tiempos líquidos donde las relaciones se basan más en lo virtual que en lo real, donde se está perdiendo la costumbre del abrazo, la mirada y la palabra oral como medio de comunicación, y donde el individualismo pareciera estar ganando por goleada a la solidaridad, ellos son una “rara avis”.
¿Quién te dijo que todo está perdido, Fito Páez? La Liga de Superhéroes y Villanos Solidarios vino a ofrecer su corazón.
Betina Pascar
Arte: Gustavo Schimpp
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